Paisaje

A partir de sus maestros Hugo Johann Schlegel (1679-1737) y Andrea Apiani (1754- 1817), Christian Georg Schütz obtuvo las bases del Romanticismo alemán y del Neoclasicismo italiano. Sus múltiples viajes a través de Düsseldorf y Colonia le permitieron admirar la cotidianidad portuaria de las orillas del río Rin. Es por esto que su etapa inicial está conformada por vedutas de la ciudad de Fráncfort del Meno.
Muchos de esos primeros trabajos lo ubican como seguidor de Herman Saftleven (1609-1685), gracias a ello la presencia arquitectónica habría obtenido mayor relevancia a lo largo de su trayectoria. El trabajo que desarrolló en conjunto con Friedrich Wilhelm Hirt (1721-1772), por otra parte, le permitió centrar su interés en el paisaje, mientras el otro en las figuras.
Sucede así con esta obra y otra del mismo nombre, también en el Soumaya (en lo aparente, vistas distintas de una misma latitud), que encumbran la vastedad del relieve montañoso y lo equiparan con la rústica majestuosidad de la residencia tipo chalé. En el medio de ambos gigantes, un reducido grupo de campesinos recorren un camino sinuoso.
Este tipo de relaciones es común en la obra de Schütz, ejemplo de ello son el par de aguafuertes con las que ilustró los lagos suizos Thun y Brienz (1777), alguna vez gemelos pero ahora separados. En esta pieza, así como en otra de las mismas dimensiones (ambas dentro del acervo de Museo Soumaya.Fundación Carlos Slim) priva el color en tonalidades verdosas y ambarinas, lo cual puede admirarse en muchas de sus representaciones hacia la década de los 60 del siglo XVIII, aunque de forma más intensa y extendida a inicios de 1780. Ya sea en carruaje, barco o a pie, los personajes recorren el horizonte de un lado a otro; la precisión del entorno facilita suponer el punto de partida y el destino al que se dirigen.