Paisaje con estatuas antiguas y jinetes en primer plano

En los reinos italianos del siglo XVIII sobrevino un género que cautivó a toda Europa: las vedute o vistas de paisajes históricos, arqueológicos, naturales, civiles y de la vida cotidiana. Como consecuencia del Grand Tour, numerosos artistas retrataron sus impresiones de viaje, lo mismo de las ruinas del Foro romano o Pompeya, que los paisajes de la campiña toscana o de la Provenza gala. Este capricho ofrece la tradicional imagen idealizada de un puerto entre ruinas y un castillo que se divisa en lontananza. Sobre el puente transitan personas y animales en una correcta planimetría que diferencia las secciones de la pintura.
En el extremo izquierdo, un caserío con ventanas de tracería y techumbre de dos aguas alberga en su pequeño muelle un grupo que acaso se prepara para las transacciones mercantes que ocupan a este apacible sitio del Mediterráneo. Los jinetes cabalgan entre esculturas romanas al tiempo que otros personajes charlan y realizan faenas cotidianas. Sólo uno de ellos establece contacto visual con el espectador, como si lo
hiciera partícipe de la escena.
Explica Fabrizio Magani: Precoz y diverso, Bison trabajó en fresco, óleo y temple una gran variedad de géneros y asuntos que demuestran la brillantez de su técnica. Un artista creativo que, en ocasiones, se separó del movimiento neoclasicista para conseguir su propio estilo, una expresión sin forma ni tiempo.
Este lienzo, similar al paisaje que exhibe el Museo de Arte Blanton de la Universidad de Austin, Texas, expone a manera de instantánea un atisbo de la vida veneciana del ochocientos.