En la segunda mitad del siglo XVI las élites europeas se adornaban con colgantes compuestos de varias cadenillas de las que pendían figuras de personajes mitológicos, seres fantásticos y animales. El movimiento hacía oscilar o saltar estos adornos, por lo que en España los pinjantes de cadenas recibieron el nombre de “brincos”.
Esta joya corresponde a esa moda internacional pero su tipología ha sido tradicionalmente atribuida a los orfebres hispánicos a los que se adjudican los pinjantes con animales apoyados sobre una base o un cojín. Su diseño obedece a un criterio naturalista: el papagayo está rodeado por una guirnalda de frutas y lo cubren esmaltes traslúcidos verdes y azules que imitan el colorido típico de su plumaje. Los pinjantes realizados por los joyeros manieristas muestran a menudograndes gemas, dando forma a un sector de sus pequeñas figuras. en esta joya se ha empleado como recurso plástico una gran esmeralda tallada en cabujón que dibuja el perfil curvo del pecho y el vientre del ave.
Las características descritas permiten suponer que fue realizado en la América virreinal.