Cántaro o jarro de cuerpo piriforme restaurado del que se conservan varios fragmentos del borde, cuello y hombro. Presenta el borde moldurado, cuello vertical y hombro globular, labio redondeado y engrosado tanto al interior como al exterior, y un asa con acanaladura central que arranca en el cuello y muere en el hombro.
Fue elaborado con pasta calcárea de tonalidad blanquecina y desgrasante de tamaño mediano, en cocción oxidante. Como acabado, recibió decoración pintada en color negro en la superficie exterior: en la parte superior del cuello, junto al borde, líneas onduladas y dos líneas horizontales; entre el cuello y el hombro, líneas en zigzag entre líneas horizontales; en la parte inferior, formas de ángulo exento sobre líneas y bandas horizontales.
Según las investigaciones de Aránzazu Mendívil, se trata de un tipo muy frecuente en toda la península así como el motivo decorativo de líneas negras ondulantes que permanence sin variantes apreciables hasta el siglo XIV-XV.
En Zaragoza, por ejemplo, en la calle Cinco de Marzo donde aparecen desde la construcción del arrabal, o en el Paseo de la Independencia, donde perdura hasta el abandono de la morería a principios del siglo XIII. Lo mismo ocurre en el Teatro Fleta. En Huesca, en Las Sillas (Marcén) en cronología taifal o en Calatayud en la calle Rúa de Dato angular con calle San Miguel en niveles de siglos XI-XII. También son numerosos los hallazgos en Lérida donde las llaman gerra otenalla, con cronología desde la primera mitad del siglo X hasta principios del XII.