Desde el Puerto de Huelva se llegó a planear conectar Sevilla, Huelva y Lisboa a través de un servicio de transbordador para automoviles y viajeros denominado Francisco Montenegro, que ya hacía este servicio entre La Punta del Sebo y La Rábida.
A partir de 1929 se aprovecharía la expansión turística y la oportunidad de negocios que se preveía con la celebración de la Exposición Iberoamericana celebrada en Sevilla, que permitiría a sus visitantes conocer los lugares colombinos. El transbordador transportaría vehículos y viajeros en general, para lo que se mejoraron las instalaciones con montacargas y placa giratoria para un total de 600 pasajeros, aunque este número se reducía por cada coche embarcado, no pudiendo ser más de 7 automóviles por viaje. Finalmente, el proyecto se desechó por la perdida de interés a medida que la Exposición llegaba a su fin y la poca rentabilidad del proyecto en general.