Prado con Vacas

¡Cómo con razón se dijo de Millet!: sus campesinos parecen estar pintados con la tierra que siembra, escribió el joven Vincent van Gogh a su hermano Theo (1857-1891). El holandés no toma distancia para retratar, la mirada no es de un voyeur. Es contemplación de la naturaleza y de la naturaleza humana.
De impecable procedencia, este bellísimo óleo en la pinacoteca de Museo Soumaya.Fundación Carlos Slim perteneció a las célebres colecciones europeas de Tutein Nolthenius y Crommelin. Asimismo, aparece con el número 15 en el primer catálogo razonado de Van Gogh, realizado por Jacob Baart de la Faille en 1928, y con el 387 en el estudio de 1980 de Jan Hulsker.
Esta obra fue pintada a fines del verano de 1883. Justo después de haber pasado tres semanas en un hospital por gonorrea y de un año de aciaga relación con Clasina Maria Sien Hoornik (1850–1904), mujer pública y modelo con una hija de cinco años y Willem, un pequeñito a quien Vincent vio nacer.
El óleo fue una exploración a la que se acercó Van Gogh una vez que dejó La Haya y Drenthe, donde realizó un paisaje oscuro, también en la colección mexicana.
Para fines de ese año cambió su residencia a Nuenen, Norte de Brabante. Prado con vacas muestra la influencia naturalista de Jean- François Millet (1814-1875) y del Realismo de la Escuela de La Haya. El pasto es la hierba que pintara un año más tarde en Cabaña con campesino que regresa a casa, también en el acervo de Museo Soumaya.
Faille encuentra una cierta afinidad entre este trabajo, incluida la paleta terrosa y realista, respecto a la obra maestra más antigua del artista, Los comedores de patatas.
Las nubes capturan ansiedad y muestran la ruptura moderna. De aquellos tiempos precarios, cuando su padre reprimía su estilo de vida, aquí las palabras del maestro: Conscientemente opté por tomar el camino del perro en la vida; seguiré siendo el perro, seré pobre, seré pintor, quiero seguir siendo humano; internamente en la naturaleza.