Pieter Brueghel, el Joven, es conocido también por obras que pintó a la manera de su padre, como Proverbios flamencos en 1559 sita en la Pinacoteca de Berlín y que sirvió de base a esta obra, aunque sumó el imaginario de la colección de adagios, aforismos y dichos latinos que Erasmo de Róterdam publicara en 1500 así como el de la novela de Rabelais, Gargantúa y Pantagruel.
Un gran colorido y un fuerte sentido didáctico muestra la pintura que también recuerda a otra tabla firmada y fechada en 1607, que conserva la casa Rockof, de Amberes, Bélgica.
A un escurridizo gato le tratan de poner un cascabel y para tal hazaña el personaje se encuentra armado hasta los dientes. Estar en una encrucijada es estar literalmente entre la espada y la pared. Alea jacta est o la suerte está echada, referida a la portentosa frase de Julio César al cruzar el Rubicón, aquí es lanzar las cartas la viento.
Dos perros con un sólo hueso nunca estarán de acuerdo. Mucho balido para tan poca lana, abreva en la sentencia shakesperiana, mucho ruido y pocas nueces. Un hombre, le pone barbas postizas a Dios, mientras otro, en esfuerzo vano, tira rosas a los cerdos. En el río, un despilfarrador avienta las monedas, un joven nada contra corriente y otro ya ha colgado la toalla, al tiempo que el pez grande se abalanza sobre el pequeño…