Luis Bernardo Coto estudió en la Academia de Bellas Artes de San Carlos con Clavé y Cerezo, y en 1855 se unió a la clase de paisaje con Eugenio Landesio. Dos años después ganó una beca con sus lienzos Iglesia de San Cristóbal Romita y Puente de San Lázaro. Entre sus obras más emblemáticas se encuentra el paisaje La fundación de Tenochtitlán.
José María Velasco se inscribió en 1858 en la Academia. Con Coto lo unieron la amistad, la profesión y sus maestros: Pelegrín Clavé y, sobre todo, Eugenio Landesio.
Antes de partir a Europa, en 1877, el paisajista italiano publicó ilustraciones de Coto en un manual de pintura, y apoyó la candidatura de Velasco para que lo sucediera en la cátedra de paisaje en San Carlos.
En 1855, Eugenio Landesio pintó el puente del barrio de Panzacola, en Coyoacán, aledaño a la capilla carmelita de San Antonio, lugar que en la época mesoamericana era llamado Teopanzolco, un islote que unía los lagos de Xochimilco y la laguna de México.
La copia de obras era parte del método educativo de la Academia para proveer a los alumnos de recursos técnicos y criterios estéticos. El cuadro de Landesio fue parte de un ejercicio común en esta escuela, ya que existen distintas versiones de la mano de varios artistas que aún permanecen desconocidas. Esta dinámica dio como resultado excelentes versiones del original que desvelan el carácter de sus autores. Sin embargo, el Museo Nacional de Arte reconoce como autógrafas, los dos óleos de Museo Soumaya -el primero autoría de Luis Coto y el segundo de Velasco- y el primero del maestro italiano.
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