El México de 1860 que rechazó a Maximiliano de Habsburgo, aceptó con gentileza la moda francesa; tuvo su manera para promover la imagen monárquica. Así, un sinnúmero de alhajas y ropas sirvieron de aderezo al gobierno en estas tierras.
Este brazalete realizado en oro amarillo tiene la inscripción asmy –posiblemente, “A su majestad imperial”– en el interior de la pulsera, así como monograma y carátula de esmalte azul y rojo sobre fondo esgrafiado. Posee una cintilla periférica elaborada con chispas de diamante tipo Fabergé, un medallón de esmalte azul cobalto y rojo con el monograma imperial en el centro, Maximilianus Imperador de México, y un cerco de diamantes de corte brillante, engastados en plata.