En el camino que llega a Venecia del Mar Adriático, los viajeros se encontraban con una punta que dividía el Gran Canal y el Canal de la Giudecca, sobre él se observaba el edificio de planta triangular de la aduana, obra del arquitecto Giuseppe Benoni (1618–1684).
En este lienzo de la Punta de la Aduana, Guardi ha dado importancia a esta construcción sin acompañarla, como en otros cuadros, de la iglesia de Santa María de la Salud. El establecimiento se distingue por el Balón de Oro que sostienen dos atlantes y está rematada, a cielo abierto, con la estatua que gira en dirección del viento llamada Occasio, realizada por Bernardo Falconi, y que representa simbólicamente el cambio de dirección de la Fortuna.
La voluntad por representar fielmente la perspectiva, los escenarios recurrentes de edificaciones y costumbrismo en los canales de Venecia, así como los cielos cambiantes llevaron al autor a apoyarse, en muchos casos, en la cámara oscura. El refinamiento logrado al plasmar vistas con gran fidelidad hizo de Francesco un autor importante en el paisaje naturalista de fines del aún ilustrado siglo XVIII, uno de los preferidos por los viajantes a fin de llevarse un recuerdo veraz.
En el primer plano, el cuadro de Guardi vuelve a tomar como motivo central el Canal y las escenas cotidianas. A la atmósfera transparente y húmeda, se suma un cielo en el que las variaciones de luz privilegian en particular el área blanca donde remata la Aduana. El efecto deviene en un suave dramatismo que maduró los efectos expresivos que había aprendido del caravaggismo y de Alessandro Magnasco (1667-1749), luego de colaborar con éste en la iglesia de San Pedro Mártir, en Murano, conocida como la Isla de Cristal por sus finos trabajos con el vidrio.
Las góndolas refuerzan la mirada del espectador hacia ella. A la derecha, el cielo parece anunciar la lluvia. El artista ha logrado un despliegue de gamas blancas y de verdes turquesa para plasmar contrastes lumínicos. La atmósfera que guían las nubes en el cielo y reflejadas en el canal generan así un ambiente emotivo que pintó hacia sus últimas décadas.