En la década del 50 se hizo patente una tendencia hacia el abstraccionismo en el arte plástico peruano.
Emilio Rodríguez Larraín, estrechamente vinculado a ese movimiento, cimentó su formación artística en la Europa de entonces, en donde conoció a artistas referentes de la época como Marcel Duchamp (1887-1968), quienes influenciaron en su obra. Testimonio de ello es, por ejemplo, el carácter lúdico del título del lienzo que tenemos frente a nosotros.
En este caso el título es el acertijo para quien se aproxima al cuadro, en el que vemos desde figuras que se asemejan a siluetas humanas, hasta formas geométricas que parecen haber sido situadas caprichosamente… pasando por el fondo negro e irregular de la composición y las sendas manchas, sinuosas y surcadas, que atraviesan verticalmente el lienzo.