Pensar un tiempo otro. Parasitar formas, intervenir sobre la monotonía de lo viviente, en cualquiera de los puntos del intervalo. El universo entero puede ser el lugar donde se da la duración de la catástrofe. En alguna cosmogonía salvaje y repleta de artefactos, las máquinas se despliegan, pulsan, elucubran su lenguaje, imaginan que crean, se imaginan como el monstruo animado, que creado a partir de fragmentos inertes y, gracias a una cantidad considerable de energía eléctrica, cobra vida. El líquido del sistema de supervivencia queda atrapado en un área específica. Funciona hasta el momento en que se infecta. Y muta.