La pintura de paisaje, característica de la primera mitad del siglo XIX, encuentra sus raíces en los dibujos de visitantes europeos que habían pisado suelo americano desde la anterior centuria.
Daniel Thomas Egerton, nacido en Londres, es autor del óleo Real del Monte fechado hacia 1840. Al descubrir el paisaje como evocación de sentimientos profundos y representación histórica, nuestro artista recorrió la República Mexicana para captar –a manera de instantáneas fotográficas– la belleza y diversidad de la tierra adoptiva. Real del Monte, municipio al noreste de Pachuca, en Hidalgo, había sido centro de explotación de plata por don Pedro Romero de Terreros en el siglo XVIII. Los ingleses continuaron dicha labor en el XIX y, como recuerdo de la misma, Egerton presenta un cuadro en el que el silencio apenas se interrumpe por el galopar de dos jinetes que aparecen en primer plano.
Un rayo de sol ilumina al hombre que se adelanta en la composición para dejar casi en la penumbra al que le sigue. El juego de luces que se cuela entre las nubes no sólo resuelve la accidentada orografía de la sierra –dispuesta en planos y proyectada hacia una profundidad que se antoja muy lejana–, sino que sugiere la aparición, casi fantasmal, de la ciudad que emerge con el campanario de la iglesia y la techumbre de sus casas entre verdes colinas.