En esta vasija recuay contemplamos a siete mujeres que rodean a un hombre o ancestro, quien lleva en una mano una porra y en la otra un vaso. Las mujeres parecen brindar con él como parte de una ceremonia de libación. En el lado posterior del ceramio se aprecia una abertura por donde ingresaba la chicha, mientras que en la cabeza de una de las mujeres representadas se observa un conducto por el que se vertía la chicha del recipiente. Estas piezas de cerámica posiblemente sirvieron como contenedores de chicha en los mismos rituales que ellas representan, o también como pacchas.
Paccha es una palabra quechua que se traduce como cascada o chorro de agua. Con ese nombre se le conoce también a un tipo de objeto metafórico utilizado con el fin de propiciar lluvias y fertilizar el suelo para así tener buenas cosechas.