Jacopo Robusti pasó por el taller de Tiziano, y su estancia le llevó a profundizar en la observación precisa y cuidada de las figuras. Con el tiempo consolidó un estilo que prestó menor interés al interior de los modelos, y como buen veneciano, expresó su sensibilidad ante la sutileza de los paños, pieles, metales y la luz sobre personas y objetos.
La función social será otro de los protagonistas de sus lienzos, como es el caso de este militar, cuya identidad se desconoce, pero sobresale por la altivez de su postura y la elegancia de su atavío. En este retrato resaltan el colorido de la Escuela veneciana, en especial de Tiziano, y el dominio del dibujo y la composición, herencia de la obra de Michelangelo.
Esta magnífica pintura ha sido publicada en distintos catálogos sobre el artista y exhibe el tratamiento de la rica paleta para las carnaciones, lo que dio fama al pintor. Debió ser realizada durante la década de auge de su producción retratística y aunque no se encuentra firmada, el Dr. Robert Echols y Frederick Ilchman, curador del Museo de Bellas Artes de Boston −ambos especialistas en Tintoretto–, realizaron la atribución de la obra, con excepción de la armadura que debió ser ejecutada en el taller por los alumnos. El lienzo permaneció en distintas colecciones inglesas anónimas antes de ser adquirido en la casa de subastas Sotheby’s en Londres, Reino Unido.
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