Este retrato apócrifo de Miguel de Cervantes, atribuido erróneamente durante algún tiempo a Juan de Jáuregui, preside desde 1911 el salón de actos de la RAE. Llegó a la corporación, fruto de una donación, cuando la dirigía Alejandro Pidal y Mon. Con el paso del tiempo, la controvertida obra se ha convertido en un falso «auténtico». Es la imagen más conocida del autor del «Quijote».