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Retrato de la emperatriz Carlota Amalia de Bélgica

Charles Jacotin1864

Museo Soumaya. Fundación Carlos Slim

Museo Soumaya. Fundación Carlos Slim
Ciudad de México, México

En 1861 Benito Juárez decretó la suspensión del pago de la deuda externa de México con el fin de impulsar las reformas que su gobierno necesitaba en materia de educación, urbanismo, transportes y desarrollo del comercio. El hecho hizo posible que Francia, uno de sus principales acreedores, decretara una invasión militar en nuestro territorio justificada por su urgencia de materia prima y para hacer frente a la hegemonía estadounidense desde el país vecino.
Hacia 1863 le fue ofrecido el trono mexicano a los archiduques Fernando Maximiliano de Habsburgo y Carlota Amelia de Bélgica.
Cuando el 28 de mayo de 1864 los dignatarios europeos llegaron a México y desembarcaron en el puerto de Veracruz, estas imágenes se encontraban en sus equipajes. Los monarcas se habían retratado a fines de abril de ese mismo año, después de haber recibido la bendición papal de Pío IX y la venia de Napoleón III.
Los tres años del imperio de Maximiliano y Carlota se mantuvieron en el vaivén de discordias políticas y contrapuntos con la Iglesia católica. Ella, aferrada a su investidura y ante el retiro del apoyo de Napoleón III , emprendió el viaje sin regreso al Viejo Continente para negociar la preservación del trono mexicano.
Los hechos se sucedieron de forma violenta: la avanzada de Benito Juárez hacia la capital, el apoyo negado por Francia y el Vaticano, la aprehensión y fusilamiento de Maximiliano en el Cerro de las Campanas de Querétaro en junio de 1867, la inestabilidad emocional y reclusión de la emperatriz en los castillos de Laeken, Tervueren y Bouchout durante las siguientes seis décadas.
Charles Jacotin, uno de los más importantes fotógrafos del siglo XIX, retrató a emperadores, reyes, archiduques y cardenales: el germano Guillermo I de Würtemberg; el prusiano Guillermo III; María Feodorovna de Rusia, madre del zar Nicolás II, y la princesa Sofía de Wittelsbach. Entre los personajes más notables que posaron para la lente de Jacotin también se encuentran los emperadores de México, Maximiliano y Carlota.
La hija de Leopoldo I de Bélgica asumió de inmediato su dignidad de monarca. Porta la corona y viste la capa de regio armiño, quizá la misma que usara más tarde en la Catedral Metropolitana para la ratificación imperial. El especialista Konrad Ratz la describe: [...] tenía también todos los talentos necesarios en una futura soberana: pensamiento político, presencia majestuosa, capacidad de trabajo, entrega a las labores del gobierno, dominio del terreno social y conocimiento de idiomas [...].

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  • Título: Retrato de la emperatriz Carlota Amalia de Bélgica
  • Creador: Charles Jacotin
  • Fecha de creación: 1864
  • Dimensiones físicas: 8.8 x 5.4 cm; con marco 13.7 x 12.8 x 1.8 cm
  • Derechos: Museo Soumaya, Fundación Carlos Slim
  • Ayuda: Albúmina retocada con temple. Marco de madera tallada, con aplicación de hoja de oro punzonado
  • Persona representada: Carlota Amalia de Bélgica
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