No mayor a los cuatro años de edad, la pequeña mira al espectador al tiempo que luce un espléndido vestido acuchillado o decosturas abiertas, entre las cuales se observa un delicado interior algodonado. La blanca gola estiliza el rostro con el cabello sujeto por un par de rosas de color intenso. El largo collar de coral rojo –llamado Litodendrum o «árbol de piedra» por los antiguos– se convirtió en una preciada joya obtenida de las aguas del Mediterráneo. En los niños, era usualmente relacionado con un amuleto para evitar el mal de ojo. En la mano derecha porta un sonajero que guarda similitud con el de la pequeña Catalina de Saboya, también en la colección de Museo Soumaya.
El investigador Alejandro López Sandoval advierte: Resulta relativamente fácil ubicarla dentro del segundo periodo del Manierismo italiano –desarrollado principalmente en la ciudad de Florencia–, tanto por su estilo pictórico como por la vestimenta de la retratada. Las características formales que delatan tal origen son, principalmente, la atención que se presta en la representación de la superficie y en el detalle de los brillos y las texturas, incluso en mayor medida que en las proporciones; es igualmente característica la luz plana y atenuada con que ilumina la composición, lo que genera una elegancia estática y fría, sin ningún exceso de emoción.
A la muerte de Bronzino, Alessandro Allori se convirtió en el pintor más cotizado de Florencia –suscribe Alfredo Tradigo– y en el retratista oficial de los duques florentinos.
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