Uno de los más grandes exponentes del Barroco flamenco representó en este lienzo al hermano de Felipe IV de España, el Cardenal Infante don Fernando, quien fue pintado cuando el noble apenas había llegado al gobierno de Flandes. Es uno de los estudios más bellos de Peter Paul Rubens para el retrato ecuestre que resguarda el Museo del Prado en Madrid.
Una vez que la nobleza admiraba los cuadros del artífice germano, pronto solicitaron al hoy llamado círculo rubensiano de artistas, la copia de modelos iconográficos que penderían de las casas palaciegas. Éste es el caso de una variación a la obra que perteneciera al célebre acervo de la familia Fetherstonhaugh y que resguardara su castillo de origen medieval en Northumberland, Reino Unido. La propiedad fue vendida con toda la colección de arte a Hope Wallace. La familia conservó la tabla y en 1952 la puso en venta como obra autógrafa de Rubens. Las carnaciones en la primera son pálidas y el golpe de luz efectista. Esta así como una obra homónima del pincel de un seguidor de Rubens se reúnen por primera vez en la pinacoteca de Museo Soumaya. Fundación Carlos Slim.
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