Michele Marieschi, seguidor del Canaletto (1697-1768), trazó este lienzo con una paleta cálida, brillante y poseedora de una fina construcción ambiental. Con esto ofrece una intensión de profundidad, que aportó un sentido personal a sus óleos escenográficos.
Esta vista es un retrato frontal de la Basílica de Santa María de la Salud –la especialidad del artista–, uno de los principales monumentos de la Serenissima, creada por el maestro barroco veneciano, Baldassare Longhena (1604-1682), y construida entre 1631 y 1687 como exvoto ofrecido por los ciudadanos para agradecer el auxilio durante la peste que en 1630 mermó la población. Fue entonces que el patriarca Giovanni Tiepolo hizo la siguiente ofrenda: prometo solemnemente erigir en esta ciudad una iglesia y dedicársela a la Virgen Santísima, llamándola Santa María de la Salud, y que cada año en el día en que esta ciudad sea declarada libre del presente mal, su Serenidad y sus sucesores irán solemnemente con el Senado a visitar dicha iglesia en perpetua memoria de la pública gratitud por tanto beneficio.
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