En 1783 el pintor ecuatoriano Vicente Albán realizó varios conjuntos formados por seis cuadros en los que se mostraban figuras humanas de la sociedad local. Estas figuras, vestidas y adornadas a la moda del momento en la Real Audiencia de Quito (actual República de Ecuador), se situaban en paisajes abiertos en los que se incluían, como en este caso, diferentes elementos de la naturaleza autóctona. En concreto, árboles frutales con ramas de las que colgaban frutos abiertos y numerosos, por lo que mostraban todas las características de interés para los estudios botánicos. Estas obras se vinculan estrechamente con los fines científicos de las expediciones que recorrieron gran parte de América en el siglo XVIII y que sirvieron para obtener una gran cantidad de información para la clasificación de los distintos reinos naturales. La serie formó parte de las colecciones del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, desde donde pasó a integrarse en la sección etnográfica del Museo Arqueológico Nacional hasta 1941, año en el que ingresó en el recién creado Museo de América de Madrid.