Una de las artistas mexicanas más populares a nivel internacional es, sin duda, Frida Kahlo. La complejidad y riqueza de su dimensión humana y estética la han transformado en un símbolo universal. En 1925, Kahlo inició su entrenamiento artístico formal en el taller de grabado de Fernando Fernández. Hacia 1953 se realizó su única exposición individual en vida en la Galería de Arte Contemporáneo, de la fotógrafa Lola Álvarez Bravo. En este mismo año pintó Naturaleza muerta con sandías en el que Frida recurre al bodegón, género pictórico consolidado durante el siglo XVII. En este caso, la paleta sobria del barroco es reemplazada por la intensidad cromática típica de la artista. El uso de pinceladas pesadas y uniformes realza la carnosidad y frescura de las frutas partidas sobre la sencillez de las naranjas. Las piezas se distribuyen en un aparente desorden que entre diversos tamaños, texturas y formas conforman un entorno equilibrado y suculento.