De los movimientos de las vanguardias históricas que Ismael González de la Serna conoce desde su llegada a París en 1920, será el cubismo el que mayor huella deje en el pintor, quizás por ser una de las experiencias más rupturistas con respecto al arte tradicional.Uno de los temas preferidos de De la Serna será el bodegón, donde las naturalezas muertas se prestan a representarlas simplificando los volúmenes hasta quedar reducidas a formas geométricas simples. También se hace eco de otras experiencias artísticas que introducen en el cuadro materiales ajenos a la pintura como los papeles recortados y pegados propios de la técnica del “collage”. En este bodegón De la Serna recurre al papel pintado que recorta con la forma de la fruta aprovechando el color y el diseño de este material reutilizado que luego pega sobre el soporte junto a otras formas que si están pintadas.El “papier Collage” abrió en época tan temprana una vía de posibilidades artísticas casi infinitas que se ha mantenido vigente hasta la época actual. Tras las primeras experiencias en las que se utilizaban papeles de periódico se dio pasó a la introducción en los cuadros de todo tipo de materiales que sustituyen o se suman a los pigmentos tradicionales como tela, arena, cuerdas, trozos de madera, plásticos…