La dilatada trayectoria catalana de este pintor lombardo dio forma a la expresión más genuina conocida en Cataluña del tardomanierismo europeo a caballo de los siglos XVI y XVII. Actualmente solo se conservan obras suyas en Mataró, en Sant Andreu de Llavaneres y en la catedral de Girona. En 1617, este maestro regresó a Milán, donde aún vivía en 1629.