Artemisa, la Diana latina, es hija de Zeus y Latona, hermana gemela de Apolo. Vio la luz en Delos y, recién nacida, ayudó a su madre a traer al mundo a su hermano Apolo. Divinidad olímpica, es la diosa virgen por excelencia, símbolo de virtud. Las representaciones de Diana junto con las ninfas sorprendidas por los faunos, desnudas y en descanso tras la caza no parten de un mito clásico. Resignificado en la tradición judeocristiana es símbolo del predominio de la lujuria frente a la castidad. En el fondo los símbolos iconográficos de la diosa: el carcaj, las flechas y el perro que juega con un amorcillo. Abajo, los trofeos que enmarcan la jornada. Los sátiros, con expresión de liviandad, dirigen su mirada cautelosamente a las jóvenes, quienes parecen aguardar indefensas el ataque. En esta pintura de Museo Soumaya, Jan Breughel, el Joven, detalló hacia 1626 en el paisaje a todos los animales muertos y a la jauría que atenta, mira a un Amorcillo. Así, el autor cultivó también el género mitológico. Los cuerpos, recostados sobre mantos azules, rojos y blancos, evocan la poética de una composición homónima, sita en el Museo del Prado en Madrid, España.
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