La obra es un tejido vivo de temporalidades, cuerpos y memorias, que busca repensar lo privado y lo público, lo personal y lo político, lo interno y lo externo. Propone visualizar procesos biológicos de cuerpos de mujeres para desarmar y desocultar el acto de ser mujer con todo lo que ello implica. Se utiliza sangre menstrual como materia e identidad, como material expulsado. Es el residuo, el resto; es la no reproducción humana. Su utilización implica perpetuar memoria biológicas, resignificarla y cambiarla de estado para objetualizarla. Es aceptar su agencia e interacción con el medioambiente. Es reapropiarla. Los biohilos son una conjunción interespecie: son fluidos humanos en comunión con algas. Son testigos simpoiéticos. Los objetos tejidos son órganos frágiles pero rígidos. Son cuerpos anónimos y a su vez son su parte. Son coágulos, úteros, son nuestros tejidos endometriales. Somos nosotras hechas materia.
¡Todo listo!
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