Teófilo Castillo se nutrió de varias tradiciones difundidas por Ricardo Palma, como es el caso de la tradición Un pronóstico cumplido. Diego López de Zúñiga, conde de Nieva y virrey del Perú, tenía fama de ser libertino, algo sumamente escandaloso en aquella época, sobre todo porque corrían los rumores de que tenía una relación con una mujer casada. Cierta noche, mientras bajaba de la alcoba de su amante, sus ajusticiadores, costal de arena en mano, lo iban esperando en la calle. “Cuando faltaban al galán pocos peldaños para tocar en el suelo, se desprendió la escala del balcón y al mismo tiempo cinco embozados principiaron a descargar con gran fuerza, costalazos de arena sobre el caído, gritándole ¡ladrón de honras!”.
Teófilo Castillo no solo fue pintor, sino también fotógrafo y crítico de arte, por lo que estuvo vinculado a la prensa, colaborando en revistas como Variedades, Ilustración Peruana y Actualidades, en la que además de escribir también creaba imágenes teniendo en cuenta el formato de estas en base a la diagramación de la publicación.