Maria-Mela Klingsland, que nació en Varsòvia el año 1886, adoptó el nombre de Mela Muter al casarse con el escritor Michel Mutermilch. En 1911, expuso en la Galería Dalmau de Barcelona 33 obras influenciadas por el posimpresionismo y el expresionismo. En 1914, el artista se establece unos meses en una casa de la plaza de los Apóstoles de Girona y pinta L’Onyar a Girona(El Onyar en Girona), obra en la que capta, con una mirada nueva, alejada de la reproducción literal, la esencia y la vida de la urbe. La pintura estuvo expuesta en la Sala Athenea junto a otras 19 telas, todas ellas visiones personales de la ciudad.