Panel de azulejos con animales fantásticos

Panel de cuatro azulejos de cuerda seca plana que forman lacerías dejando registros centrales de forma octogonal donde albergan animales fantásticos. Los colores usados son blanco para el lazo, verde, azul, negro y melado para fondos y motivos figurativos.

La técnica de la cuerda seca tiene sus orígenes en el período islámico y parece que ya en época califal se utilizaba la cuerda seca parcial para decorar piezas realizadas a torno. En Sevilla la aplicación de esta técnica puede asociarse a la aparición de los primeros azulejos, en el sentido actual del término, que vienen a sustituir, a lo largo del siglo XV, a los alicatados de tradición islámica que por falta progresiva de alarifes encarecían en exceso su precio. El declibe de esta técnica se produce a mediados del siglo XVI con la implantación definitiva del Renacimiento, las innovaciones de Francisco Niculoso Pisano y, sobre todo, la competencia de la técnica de arista, que es una evolución de la cuerda seca hendida. En el siglo XIX, como consecuencia del movimiento historicista, se produce una recuperación de esta técnica.

Este procedimiento consiste en decorar la cerámica mediante un dibujo que puede ser aplicado sobre la superficie mediante la impronta de una matriz y luego reforzado a pincel o directamente trazado a pincel. Este dibujo se realiza con una materia grasa mezclada con óxido de manganeso y crea unas superficies delimitadas que se rellenan con otros óxidos produciendo la decoración a color.
Se distinguen dos técnicas: la cuerda seca parcial y la cuerda seca total, según se decore toda la superficie de la pieza o solo una parte. La cuerza seca total es la más habitual en los azulejos y dentro de ella se distinguen varios procedimientos técnicos: la cuerda seca plana, la cuerda seca hendida y la cuerda seca de refuerzo.

En el caso de este azulejo se ha utilizado para su decoración la cuerda seca plana o a pincel, que es la primera en aparecer, puesto que ya se usaba para las piezas a torno, y que da una libertad creadora que la convierte en la de mayores posibilidades pictóricas. Este hecho, al coincidir con la potenciación del sentido figurativo que se produce a principios del siglo XVI, facilita el que el azulejo se deje influir por los repertorios góticos tardo-medievales y por los temas heráldicos, como ocurre aquí con la representación de animales fántásticos de tradición clásica muy utilizados en el imaginario gótico. Gracias a esta técnica, este azulejo puede reflejar a la perfección el espíritu ecléctico mudéjar, puesto que a la decoración de lacería propia de la cultura islámica se une la representación figurativa del arte cristiano.