Hobbema trabajó en su ciudad natal y se relacionó de manera importante con Jacob van Ruysdael, considerado uno de los mejores paisajistas de su tiempo. Éste trasmitirá un importante influjo en el artista, tanto que en algunos casos sus obras se confunden. Se tiene documentado que Meindert fue su alumno hasta 1657, y sus primeros trabajos conocidos están fechados hacia 1658. De ahí seguirá su camino con una obra paisajista reconocible por su espléndida factura y notable belleza.
Creador de idílicas escenas combinadas con efectos realistas, los árboles son protagonistas con el acento cargado en la frondosidad de su follaje. Una arboleda central indica el trayecto visual sugerido al espectador. El juego de luces y sombras en la parte inferior del lienzo nos lleva a uno de los motivos recurrentes del pintor: el camino. De un lado de la vía, en los primeros planos están las arquitecturas más detalladas, y llegamos así hasta el último de los horizontes. La luz cálida envuelve el poblado. El cielo se ha distanciado de los tonos originales y se torna en un azul violáceo.
La obra del pintor holandés ha sido muy valorada en Gran Bretaña, especialmente durante los siglos XVII y XVIII. Su influencia se aprecia claramente en los primeros paisajes de Gainsborough. Es frecuente encontrar la referencia de Hobbema como creador de la pintura más famosa del género en Holanda, La avenida de Middelharnis, hoy en la Galería Nacional de Londres.