Reproducción de un ungüentario o balsamario de vidrio. Se trata de un contenedor de forma tubular, con fondo redondeado convexo y cuerpo alargado, ligeramente desviado de la vertical, que se estrecha paulatinamente hacia la boca, a la que se une sin solución de continuidad, sin cuello. La boca es estrecha, ligeramente exvasada y con labio redondeado y aplanado horizontalmente. Tonalidad verdosa.
Esta pieza puede clasificarse por su funcionalidad dentro del apartado II.1.1. propuesto por Ortíz (2001) para los recipientes de vidrio contenedores de sustancias de aseo personal o medicinal que son inferiores a los 10 centímetros de altura. Estos perfumeros, cuya forma alargada y estrecha facilita la dosificación gradual y controlada del contenido, era cerrado con un tape para evitar que se derramara y perpetuar los aromas. Con cierta frecuencia, y debido a las características de su fondo redondeado, estas piezas conservan un hilo independiente de metal que, rodeando la parte inferior de la boca o el cuello, desciende paralelamente al cuerpo (en ocasiones trenzado sobre sí mismo) hasta alcanzar la base, facilitando la estabilidad del recipiente y su aprehensión.
Respecto a la composición de las esencias que contenían, podemos apuntar como ejemplo un ungüentario tubular que se recuperó en Caesaraugusta en un nivel de aterrazamiento de época de Claudio (45/50 d.C.); el análisis de las sustancias interiores permitió identificar restos de polen de rosáceas, ácido oléico y estéres de cera de abeja, que fueron interpretados como ingredientes de un perfume del tipo "ceratum refrigerans" (Paz y Ortíz, 2004). Además de su uso cotidiano como recipientes para productos oloríficos o cosméticos de uso doméstico, también son frecuentes en contextos funerarios, donde tanto a los ungüentarios como a su contenido se les asigna una función ritual.
Morfológicamente esta pieza, descrita como contenedor tubular con base redondeada, tiende a reproducir la forma Isings 8 (Morin-Jean 21), un tipo de ungüentarios muy frecuente cuyo origen se lleva a época Julio-Claudia, alcanzando su mayor auge y una producción muy abundante en la segunda mitad del siglo I d.C., para después dejar de fabricarse en el siglo II d.C., si bien también se han hallado algunos ejemplares en contextos de los siglos III y IV. Sin embargo la pieza encaja más con la descripción de "ungüentario probeta" (Salinas y Salinas, 2005), forma Isings 27, variante del tipo Isings 8 que se caracteriza principalmente por no tener el habitual estrechamiento o estrangulamiento visto en el anterior para separar, con mayor o menor evidencia, el cuerpo del cuello. Es un recipiente cuya forma recoge también el tipo Morin-Jean 20/21, aparece con mucha menor frecuencia que la ya nombrada forma 8 y su cronología se lleva desde época augústea hasta época flavia.
El modelo original de esta pieza habría sido elaborado mediante la técnica del vidrio soplado al aire. Se trata de un procedimiento que apareció por primera vez en Siria en el siglo I a.C. y su aplicación propició que los recipientes de vidrio pasaran de ser piezas de lujo a ser elementos domésticos habituales. Su producción a gran escala en el Imperio ya era un hecho en época de Tiberio y a mitad del siglo I d.C. se constata que el soplado era la técnica utilizada por los vidrieros en Italia, Galia y la Península Ibérica.
En la Tarraconense este tipo de trabajo del vidrio se documenta a comienzos del reinado de Tiberio (circa 20 d.C.), y su manufactura en la zona del valle medio del Ebro queda probada entre los años 50 y 60 d.C. (Paz, 1998), a tenor del taller identificado en Celsa (Zaragoza). En Caesaraugusta se han recuperado elementos de vidrio soplado en contextos de cimentación del enlosado definitivo de la plaza del foro (alrededor del año 10-20 d.C., Ortíz, 2001); se trata de varios fragmentos de vasitos para beber de color verde turquesa transparente. A finales de la época de Claudio este material tenía un uso muy amplio, como demuestra el gran lote de vidrios hallados en las excavaciones realizadas en un depósito en las calles la Cadena y Antonio Agustín.
La reproducción que se expone en este museo ha sido elaborada con la técnica científica y artística del soplado de vidrio al soplete de gas butano o propano y oxígeno. Se ha conformado a partir de un tubo de vidrio borosilicato, al 85% de sílice, calentado y trabajado a 1.100ºC de temperatura con un soplete que alcanza en llama los 1.800ºC y que permitió calentar muchas veces el material y así trabajar con mucha precisión. Para dar la tonalidad verdosa al ungüentario se aplicó óxido de bromo.