El dibujo que presento en esta oportunidad se ancla en la convergencia de dos series de mi producción. Una serie sobre retratos femeninos: en la que los personajes y el entorno manifiestan un estado de ánimo conjunto y otra serie llamada Piel de bosque: donde la textura del paisaje se transforma en un pelaje que cubre todas las cosas, develando sólo en insinuaciones volumétricas algunas formas ocultas de los elementos del paisaje. La fusión de estas series en este dibujo por un lado anida en el relato fantástico; presente en mi trabajo dibujístico desde siempre y por otro lado en la necesidad de construcción de la imagen siempre desde una anomalía más gráfica que iconográfica. Perderme en las texturas, los ritmos y registros de las líneas para encontrar una silueta que me recuerda el porqué de este mantra.