La tabla procede del convento de San Lamberto de Zaragoza y representa a la Virgen con el Niño, del tipo de las denominadas Vírgenes de Ternura, caracterizadas por la dulce comunicación entre madre e hijo, que rompe con la gravedad y el hieratismo imperante en épocas anteriores. María, con amplias vestiduras en tono rojo vivo, está tocada con un sutil velo y su rostro sereno se gira hacia su hijo, quien juega con un pajarito que sostiene sobre su mano. La escena se desarrolla ante un bucólico paisaje característico de los Países Bajos.