La llamada Escuela mexicana de paisaje, cuyo artista más connotado es José María Velasco, debe mucho a los pintores viajeros del primer tercio del siglo XIX. Johann Moritz Rugendas nació en el seno de una familia de artistas de orígenes catalanes y flamencos, destacó en sus estudios y pronto partió en una expedición científica a América.
Durante la temporada que estuvo en nuestro país, de 1831 a 1834, realizó esta Vista del Valle de México, el lienzo está dividido por dos colores preponderantes: el verde, en la parte inferior que corresponde a la planicie, y el azul en la parte superior, para los volcanes y las nubes que dotan de fuerza el cielo. Está presente también la variedad de plantas que conforman el valle: mosaico amplio y variado de vegetación donde reina el maguey; y sobre el terreno jinetes conversan con un arriero que descansa acompañado de sus animales de carga. En el fondo, las dos cimas emblemáticas de México: el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl.