Durante el periodo colonial, Chocó fue una región reconocida por la riqueza de sus minas auríferas y de platino, explotadas fundamentalmente con mano de obra esclava traída de África. Este proceso explica la conservación de las tradiciones africanas, que por medio de diversos procesos de mestizaje, han dado origen a la idiosincrasia chocoana. Al igual que en otras regiones de la Nueva Granada, entre la población chocoana, existía una fuerte tendencia de imitar el traje de estilo europeo de sus amos, especialmente para celebrar las fiestas.
No obstante el traje de la mujer chocoana correspondía, por su condición de esclava en minas de aluvión, a un traje sencillo conformado únicamente por falda y blusa. La primera, se compone de una prenda amplia, larga casi hasta el tobillo, elaborada en tela de algodón y por lo general estampada con colores y motivos llamativos. La blusa era de algodón, escotada y algunas veces sin mangas para soportar el clima húmedo, otras veces, era de manga larga para protegerse del sol y de los insectos. Estas por lo general son de color blanco y van adornadas con encajes y letines en el cuello, mangas y cintura de acuerdo a la moda española de la época. A partir de 1850 se empezaron a engrosar las faldas y a tener muchos volantes en las blusas para darle mayor volumen al estilo rococó.