Como nativa digital, la virtualidad ha sido una constante, y pasó de ocio a trabajo rápidamente en mi adolescencia. Mis pinturas, a diferencia de mi producción digital, se relacionan más a la apreciación de mi cotidiano, donde reconozco las femineidades que me rodean y rompen con los estereotipos impuestos sobre lo femenino y racializado. Ya que ahora subsisto casi totalmente como creadora de contenido digital en mis redes y las del colectivo Identidad Marrón, en la serie "Trabajando" quiero mostrar el contraste que existe al momento de usar el internet y el arte como espacios de autoinvención de la propia imagen, donde digitalidad y redes funcionan tanto como autoexpresión como origen de malos hábitos y ensimismamiento. Pintando de manera más intuitiva, me reconozco en las estéticas que me forman (memes de depresión, chicas animé) pero me permito elegir que la realidad de una habitación iluminada solo por la pantalla del usuario crónicamente online sea también protagonista.