Ángeles con carruaje llevado por león y oso

De los inicios de la colección de Antiguos Maestros Europeos de Museo Soumaya, el gran lienzo Ángeles con carruaje llevado por león y oso fue adquirido en la casa de subastas Christie’s de Londres, en el verano de 1993.
Esta riquísima vista del mundo celestial es resultado de unir los dos lienzos de Rubens homónimos: La apoteosis de Jacobo I.
Luego de la muerte de su esposa Isabel Brant en 1626, el artista se dedicó a misiones de carácter diplomático y trató con el gobierno inglés para firmar la paz entre Inglaterra y España. Carlos I Estuardo –en busca de exaltar la figura de su padre Jacobo I– le encargó la decoración de los cielos rasos del soberbio Salón de Recepciones del Palacio Whitehall, hoy Banqueting Hall.
Las líneas del programa iconográfico serían trazadas por el arquitecto Iñigo Jones (1573-1652) y el propio Rubens, quien se inspiró en el Veronés y el Tintoretto para la perspectiva de sotto in sù [de abajo hacia arriba], pensada para una escena en un techo.
Ya de regreso en Amberes para concluir la obra real, siguió la traza de bocetos y dichos trabajos preparatorios llegaron a España. Había gran interés por obras de gran formato e inspirado en Rubens, un artista del segundo tercio del siglo XVII pintó el óleo del Soumaya. Con mayor contraste de luces y sombras, el pintor oscureció el cúmulo de nubes que soporta la carroza llevada por tan nobles animales. Esto quizá para contrarrestar la perspectiva del lienzo y adaptarlo para decorar un gran muro y no la techumbre. El óleo de trazo efectista encontró en la cornucopia la sublimación de la experiencia humana. Los angelitos volanderos, en complejos escorzos, son portadores de abundancia en plenitud.