Chang Dai-chien, pintor tradicional chino, uno de los más cotizados de su país.
Nació en una familia artística con dificultades económicas, cuyos miembros se habían convertido al catolicismo romano. Aparte de la pintura tradicional de su país también cultivó estilos próximos al impresionismo y al expresionismo. Su familia animó su dedicación a la pintura y la caligrafía y en 1917 marchó a Japón con su hermano mayor para aprender técnicas de color. Al poco viajó a Shanghái para trabajar con dos famosos expertos en pintura y caligrafía de la época; conoció allí a los grandes maestros clásicos de la tradición china, una de las pasiones de su vida, de los que desde muy pronto se dedicó a formar una gran colección, integrada entre otras obras, por cientos de cuadros de las dinastías Tang a Qing. Asimismo se dedicó a copiarlos e hizo cuadros falsos imitando sus técnicas; sus primeras copias de Shitao engañaron incluso a los especialistas.