La restauración del Pórtico de la Gloria

Entre los años 2006 y 2018, el Pórtico de la Gloria fue sometido a estudio y a un complejo proyecto de restauración, impulsado por el Cabildo catedralicio y la Fundación Catedral, que fue posible gracias al mecenazgo de la Fundación Barrié.El proyecto técnico fue dirigido por la Fundación Catedral y el Instituto del Patrimonio Cultural de España y contó con la participación de diversos equipos profesionales.

La restauración permitió conocer mejor la obra del Maestro Mateo, solucionar distintos problemas estructurales y recuperar parte de la policromía del conjunto, oculta tras una espesa capa de suciedad.

Por el paso de los siglos y causas diversas, el Pórtico de la Gloria estaba en una situación crítica con constantes desprendimientos de material y afectado por complejos mecanismos fisico-químicos de degradación de materiales.

Durante más de una década, el Pórtico de la Gloria fue sometido a un proceso de estudio de su estado de conservación y, a continuación, restaurado.Los trabajos finalizaron en junio de 2018 y su resultado puede apreciarse en las visitas organizadas por el Museo Catedral de Santiago.

La restauración del Pórtico ha supuesto una oportunidad de excepción para profundizar en el conocimiento de esta obra y del arte románico en general, así como en los procesos de deterioro que afectan a los conjuntos de piedra policromada.

Policromías
Durante la fase de intervención se ha confirmado la existencia de tres capas completas de policromía y otras actuaciones parciales que, a lo largo de los siglos, cambiaron la imagen del Pórtico.

La policromía más antigua del Pórtico de la Gloria es coetánea de su construcción por el Maestro Mateo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que ésta no es la única y que, en la visión actual, en las figuras se pueden encontrar juntas varias capas de diferentes épocas.

La segunda de las policromías identificadas se ha fechado en las primeras décadas del siglo XVI, coincidiendo con la construcción del Hospital Real, tras la visita de los Reyes Católicos y con la primera intervención realizada en la fachada del Pórtico.

Esta capa se identifica por el uso del pan de oro, de calidad algo inferior al de la primera policromía y la novedad del uso de la azurita en la sustitución del lapislázuli.También se debe destacar la utilización, en esta segunda policromía, de la técnica del brocado aplicado, lo que ayuda a datar la intervención en el entorno de los años 1520.

Los daños principales que presentaba el conjunto estaban relacionados con cuestiones estructurales de esta zona de la catedral, con filtraciones de humedad, cambios bruscos de temperatura y, también, por la acción del hombre sobre el monumento.

Por ello, las medidas de conservación preventiva que se han adoptado, siguiendo los criterios de los expertos que trabajaron en la restauración se centran:

Por un lado, en garantizar un constante manejo de las condiciones de humedad y temperatura.

En segundo lugar, en llevar a cabo acciones para el control y limitación de las personas que pueden acceder a este espacio a un tiempo.