De Secretaría de Cultura del Gobierno de México
Unidad Regional Michoacán – Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas
Elaboración de las corundas, en una fiesta social. de Juan Bautista RamírezSecretaría de Cultura del Gobierno de México
La cosecha de maíz en las comunidades purépecha involucra la participación del pueblo, ya sea en la colecta de las mazorcas, en la alimentación de los peones, la venta de productos o en otras tareas más. Veamos qué otros elementos forman parte de este proceso.
Comideras en la cosecha de maíz (2015) de Juan Bautista RamírezSecretaría de Cultura del Gobierno de México
Después de la comida
Una vez terminada la hora de la comida, se les obsequia a los peones de postre un chayote cocido, una pedazo de calabaza o de chilacayote endulzados o una conserva de tejocote en hojas de maíz, además de frutas como naranjas, limas, guayabas y cacahuates.
Figura de sol, con variedad de maíz con diferentes colores (2014) de Juan Bautista RamírezSecretaría de Cultura del Gobierno de México
Para entonces, el cansancio ya mermó el estado físico de los peones. Entonces terminan su jornada más o menos alrededor de las cuatro de la tarde. En el proceso, tienen derecho a apartar cuatro mazorcas grandes para ellos, por lo que al final de la jornada suelen juntar una gran cantidad, con el visto bueno de los dueños de las tierras.
Creatividad de las hojas de la mazorca de maíz (2016) de Juan Bautista RamírezSecretaría de Cultura del Gobierno de México
La comunidad presente en la cosecha
Durante las cosechas, se reúnen también distintos miembros de la comunidad, como las pepenadoras, mujeres de escasos recursos que suelen recoger las mazorcas que los peones dejan en el camino, o los arrieros, que llevan el maíz a la casa del dueño de las tierras en sus caballos, mulas o burros.
Volantín infantil elaborado con hojas de la mazorca con una base de cañotes de maíz (2016) de Juan Bautista RamírezSecretaría de Cultura del Gobierno de México
También encontramos al cuari o velador, quien se encarga de cuidar las cosechas desde el mes de julio, cuando empiezan a brotar las mazorcas. A él se le paga con dinero y se le regalan uno o dos surcos para que las mazorcas que ahí crecen sean suyas.
La colaboración o la tradicional ayudanza en Ahuiran municipio de Paracho para la elaboración de los nacatamales de maíz en una fiesta religiosa (2012) de Juan Bautista RamírezSecretaría de Cultura del Gobierno de México
El fin de la jornada
Cuando acaba la jornada, los peones se forman para recibir su pago en dinero o en maíz, según haya sido el acuerdo. Además, el dueño de la tierra les regala cierta porción de mazorcas y les da las gracias por haber cosechado con estas palabras: “Muchas gracias, que me ayudaste. Aquí tienes para tu nixtamal”.
Mata de maíz en desarrollo (2012) de Juan Bautista RamírezSecretaría de Cultura del Gobierno de México
Si al terminar la jornada, el terreno completo no ha sido cosechado, se deja una señal en la tierra llamada "corte", que indica dónde continuar. El velador se encarga de vigilar mucho esa sección para evitar que pepenadoras y otras personas roben las mazorcas.
Concurso de elaboración de tortillas de maíz en San Lorenzo municipio de Uruapan, por doncellas de la comunidad. (2012) de Juan Bautista RamírezSecretaría de Cultura del Gobierno de México
El fin de la cosecha y la fiesta del "combate"
Las cosechas de maíz son verdaderas fiestas y días de campo en los pueblos de la Sierra Purépecha. Los dueños de los terrenos y sus vecinos intercambian comidas o guisados como una muestra de hermandad e identidad pueblerina. La persona que lleva el guisado, pronuncia las palabras: “Que aquí les mandan un ‘bocadito’” y los que los reciben, responden “Espera, llévales también lo que nosotros hicimos de comer y diles que muchas gracias”.
Mujer de Caltzontzin municipio de Uruapan elaborando tortillas de maíz (2010) de Juan Bautista RamírezSecretaría de Cultura del Gobierno de México
El tener los tapancos de los trojes llenos de maíz es un gusto y satisfacción, ya que con ese ingrediente, las amas de casa podrán hacer tortillas a diario, preparar un pozole, nacatamales (tamales con chile rojo y carne de puerco o de res), corundas (tamales de maíz), panes o un atole blanco.
La calabaza cocida en trueque, en la fiesta Patronal de Ichán municipio de Chilchota (2012) de Juan Bautista RamírezSecretaría de Cultura del Gobierno de México
En el último día de cosecha, se truenan cohetes y todos los participantes se dan las gracias: el dueño de los terrenos a los peones y viceversa, y a las comideras por su participación positiva. La alegría está presente y es avalada con un brindis de la tradicional charanda. A todo este regocijo se le llama “el combate.”
Corundas envueltas y listas para cocer. de Juan Bautista RamírezSecretaría de Cultura del Gobierno de México
La gente se despide de la tierra cosechada y le habla a la Madre Tierra con estas palabras: “Espero que para el próximo año, Dios me dé licencia de vivir y sigas produciendo el maíz que tanto queremos y necesitamos”.
El esfuerzo del campesino durante el año (en las temporadas secas y de lluvias) y en todo el proceso de hacer producir la tierra convierte al maíz en un ingrediente bendito entre las comunidades purépecha.
Fotografías y narración por Juan Bautista Ramírez, investigador de la Unidad Regional Michoacán de Culturas Populares.
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