La invención de la bicicleta

El francés Louis Joseph Dineur presentó una patente para esta nueva máquina, a la que llamó "velocípedo". Sin embargo, no se comercializó bien y todos aquellos que la usaron resultaron objeto de burlas. La máquina se sometió a complejas mejoras mecánicas, principalmente, la transferencia de la potencia generada por los usuarios a las ruedas por medio de los pedales.

Alexandre Mercier, mecánico de Amiens, fue el primero en utilizar la idea de que cada una de las ruedas del velocípedo debía tener una función: la delantera debía conducir y la trasera debía impulsar. Hasta entonces, los fabricantes no habían diferenciado las dos ruedas. El 1 de mayo de 1843, presentó su montaje mecánico al alcalde de la ciudad durante las "fiestas del rey", y días más tarde presentó una patente. De este modo, se inventó oficialmente el pedaleo con movimiento alternativo. De hecho, las bicicletas actuales todavía se fabrican usando el mismo principio del montaje mecánico de Alexandre Mercier.

A mediados del siglo XIX, el cerrajero Benjamin Geslin era conocido por sus camas y sillones de hierro plegables. En 1855, se le otorgó una patente para un vehículo mecánico. Su vehículo fue el primer velocípedo que tenía ruedas con rayos metálicos montados a tensión y ejes que activaban los tensores (los antecesores de los rodamientos).

Al observar las desventajas del velocípedo a pedal, ahora llamado "bicicleta", Charles Desnos, graduado de la École Centrale de París, presentó una patente para "mejoras en los dispositivos de locomoción conocidos como velocípedos". Dio a cada rueda una función exclusiva, como había hecho Alexandre Mercier. Además, agregó 2 engranajes a la rueda motriz (uno para arrancar y subir colinas y otro para andar a más velocidad) e integró el cigüeñal impulsado a pedal. Este diseño sentó el precedente para la bicicleta moderna con una rueda de dirección delantera, una rueda de tracción trasera, una transmisión ascendente con una correa o cadena, y un cambio de velocidad en la transmisión.

Desde que el barón Drais inventó su máquina para correr en 1817, los velocipedistas habían tenido que levantar las piernas cada vez que el vehículo se aceleraba, en especial al ir cuesta abajo. Esto no era muy práctico… Nada cambió con la invención del pedal, y de hecho, las cosas se complicaron aún más, ya que estos giraban de forma peligrosa. La primera persona que consideró liberar la rueda soltando el eje del velocípedo fue el mecánico François Nicolet. Presentó su patente el 14 de mayo de 1869 por un "velocípedo con pedales independientes y 2 sistemas de trinquete instalados en una caja de bronce acoplada en el cubo".

Actualmente, podemos observar bicicletas eléctricas en las calles, especialmente en los principales centros urbanos. Sin embargo, la idea de una bicicleta eléctrica existe desde hace ya mucho tiempo. El 28 de abril de 1869, Joseph Marié presentó una patente para un velocípedo magneto-eléctrico. Hemos tenido que esperar más de un siglo para que su trabajo se viera reflejado en los avances de las industrias del ciclismo, las motocicletas, los automóviles y los vehículos pesados. Recién ahora, en pleno siglo XXI, la bicicleta eléctrica se ha hecho realidad.

Con su primera patente para una bicicleta para mujeres, Emile Viarengo se dedicó a hacer varias mejoras. En 1874, presentó una nueva patente para una bicicleta lateral con transmisión trasera.

El velocípedo original de 1818 fue diseñado para lograr un funcionamiento más fácil y eficiente al soportar el peso del usuario. Esto optimizó la acción de las piernas; sin embargo, no había forma de usar los brazos para ayudar con la propulsión. En 1892, James Valère presentó una patente para un sistema de propulsión de velocípedos que utilizaba tanto los pies como las manos para aumentar la velocidad, y tenía un mecanismo para conducir usando las dos manos. Durante las pruebas, se reunió con el ciclista y futuro pionero del automovilismo y la aviación Henri Farman y le propuso una carrera. Después de 300 metros, Farman había quedado rezagado y no podía alcanzarlo… Aunque esto era una gran noticia, la nueva máquina era demasiado compleja y cara, por lo que no tuvo el éxito esperado y nunca llegó a producirse a nivel industrial.

A partir de 1886, los velocípedos usaron cadenas sin fin para convertir la energía del ciclista en movimiento, lo que dio como resultado las primeras bicicletas de velocidades. Sin embargo, no existía ningún mecanismo que moviera la cadena de un piñón a otro. Jean Loubeyre, quien presentó una patente el 15 de febrero de 1895 para una bicicleta que podía cambiar de velocidad en movimiento, fue la primera persona en fabricar un desviador que permitía que la cadena se moviera hacia los lados. Una simple horquilla giratoria con resortes accionados por una palanca doble y dos vástagos movía la cadena lateralmente de un piñón a otro. Más tarde, Jean Baptiste Panel (conocido como Joanny) y Louis Bouiller, ambos asociados con Saint-Etienne, modernizaron el desviador de Loubeyre y presentaron una nueva patente en 1912. El sistema perduró y llevó a la creación de los desviadores o cambios de velocidad modernos.