Iglesia de Vilar de Donas

Tiene planta de cruz latina, con una sola nave con cubierta de madera a dos aguas. Al transepto (nave transversal) se abren sus tres ábsides, entre los que destaca el central.

Del antiguo claustro monástico solo quedan referencias documentales y tres arcos apuntados que cierran un lateral del pórtico situado delante de la fachada occidental de la iglesia.

La portada, de finales del románico, recuerda al carácter del taller del Maestro Mateo, el autor del Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago.

Cuenta con cinco arquivoltas decoradas con motivos escultóricos muy elaborados. La puerta está coronada por un tornalluvias sostenido por un elegante friso, sobre el que se sitúan las estatuas de San Miguel, San Bartolomé y la Virgen con el Niño.

En este trabajo tan delicado, todos los extremos de los herrajes se abren en forma de hojas de palmeta y se rematan con puntas de flechas.

El interior también guarda importantes tesoros artísticos, como el baldaquino gótico del siglo XV, un ejemplo único en las iglesias gallegas. La estructura está coronada con una fortaleza en miniatura idéntica al cercano castillo de Pambre.

Entre todos los tesoros artísticos que contiene esta iglesia, las pinturas murales góticas del ábside, realizadas para el Año Santo Compostelano de 1434, destacan como una de las grandes obras maestras de Galicia.

Pero si algo llama la atención en el ciclo mural son las imágenes de damas y caballeros de la época que aparecen representadas en las pinturas. Con sus tocados de época medieval, son como una ventana al momento en que fue decorada la iglesia.

También en el interior encontramos un buen número de lápidas y sepulcros de caballeros de la Orden de Santiago, que nos hablan de la historia de este templo y su estrecha vinculación con el Camino.

El monasterio fue donado en la segunda mitad del siglo XII a esta orden, cuya misión principal era vigilar la ruta jacobea en Galicia y proteger a los peregrinos de asaltantes.

La Orden de Santiago estableció su priorato en Vilar de Donas. En la escritura de donación se fija como lugar de sepultura de los caballeros gallegos de la Orden y de reunión para la celebración de su capítulo anual.