Cubrecáliz

Las artes aplicadas en textil se representan en las 159 piezas de este género que conserva Museo Soumaya.Fundación Carlos Slim. En sus bordados encontramos hojas, tallos, flores, frutas, animales, insectos, diseños geométricos y figuras humanas, que se corresponden con la simbología de las tradiciones a las que pertenecen. De esta manera, en los textiles religiosos –predominantes en la colección–, duraznos, manzanas, uvas, rosas, granadas, palomas y aves, o telas de colores rosas, rojas, verdes, moradas y cafés, guardan significado según la iconografía cristiana. Hilos de oro y plata fueron ampliamente usados en prendas distintivas, entre los siglos XVI y XIX. Con hilos metálicos se crearon entorchados –en espiral sobre los de seda– y torzales –en que se retuercen las hebras para formar un cordoncillo–. El cubrecáliz, objeto del ajuar eclesiástico para el ritual de la misa, se colocaba sobre el vaso sagrado antes de descubrirlo en el altar. El floreado de la seda oriental se realizó con la técnica de petatillo o setillo para lograr una confección abultada; se trata de un procedimiento usado en el siglo XVII que alcanzó su auge en el XVIII. Destaca en la colección uno más bordado sobre lino, cuyas flores y frutos entrelazan hilos matizados para ganar mayor naturalismo.