Esta fotografía fue realizada en la Escuelita de Famaillá, Tucumán, el primer centro de detención y tortura de la última dictadura cívico-militar de la Argentina. Aquí se torturaba a los detenidos, que luego eran enviados al Pozo de Vargas, en las afueras de San Miguel de Tucumán, para ser arrojados a cuarenta metros de profundidad y sepultados con escombros. Unos pocos detenidos morían en el mismo predio de la escuela. Según la información del personal a cargo del Espacio de Memoria, esta habitación probablemente haya sido utilizada como morgue. Fuente: Catálogo Premio Itaú Cultural Artes Visuales 2019-2020.
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