Un paisaje urbano de estilo italiano con un mercado en primer plano y figuras congregándose en la plaza

El artista neerlandés fue miembro de una importante familia de pintores costumbristas que destacaron en Harleem por la vivacidad y riqueza descriptiva de sus temas, como mercados y paisajes con fiestas religiosas y civiles.
Hendrick Mommers viajó a Roma donde perfeccionó su estilo y adoptó resoluciones claroscuristas que definirán su trabajo hasta la vuelta a Ámsterdam en 1665. Para muchos investigadores, las obras que realizó en este tiempo se han confundido con el estilo de Albert Cuyp (1620-1691), uno de los máximos exponentes de la Escuela de Dordrecht.
Inspirada por su estadía en los Reinos italianos, la pintura de Mommers cultivó pasajes rurales y urbanos donde es frecuente hallar animales que acompañan las faenas. En la obra de Museo Soumaya destaca una escena central en la que dos mujeres conversan debajo de una arquería clasicista y delante de vestigios con capiteles y fustes desperdigados.
El capriccio y la veduta italianos llevaron a gratas consecuencias en esta época. La joven que está de pie lleva una canasta de huevos que sujeta con firmeza, al tiempo que otros enseres cuelgan de su antebrazo. Su interlocutora permanece sentada mientras calienta sus manos bajo el delantal blanco que contrasta con su vestido oscuro. Flores y frutas se suman a la descripción, en la que un asno aguarda la carga para continuar la marcha hacia su destino.
Diferentes episodios suceden en torno a la picota rematada en cruz. Un grupo de personas escucha atentamente al lector –probablemente se trate de un emisario real que expone un edicto–; un aristócrata de colorida capa da la espalda a la escena; mujeres y niños piden limosna y un bebedor yace tirado a los pies del escalón con la evidente resaca de la noche anterior. El segundo plano, entre caserío, techumbres y cúpulas de inspiración italiana, recuerda la obra Paisaje con campesinos (c 1660) que conserva la Galería de Arte Toi o Tāmaki en Auckland, Nueva Zelanda.