Antiguo maestro francés, Louis Bordelet se especializó en la pintura de género o costumbrista, de notable influencia en la región flamenca y los Países Bajos entre las comunidades protestantes y burguesas.
Algunas escenas desvelan lecciones moralizantes que eran captadas por un atento observador. El título del lienzo refiere a una boda, aunque para el espectador actual no es posible distinguir a la pareja, debido a que fue hasta fines del siglo XIX cuando la tradición dictó que la novia vistiera de blanco.
En los festines, los personajes se divertían, bailaban y bebían, y dieron al artista la oportunidad de representar alegorías de los cinco sentidos. Estos pasajes de la vida cotidiana confrontaban a la sociedad con asuntos morales y religiosos, de estos dan cuenta obras como Una boda de pueblo.
Adultos, niños y animales intervienen en el festejo al que –como herencia medieval– acompaña en un segundo plano la arquitectura a la vez palaciega y rural. La investigadora Matilde Battistini señala: Con la ascensión de la clase burguesa, el amor se vio paulatinamente vaciado de todo atributo místico, se le representaba como un contrato social o de lazo cotidiano. El arte barroco desarrolló el tema del amor en clave alegórica e hizo de él una metáfora sensual de la vida humana. El grupo de danzantes posiblemente ejecuta una bourrée o borrèia, baile tradicional muy extendido por Occitania. Fue originalmente una danza de las cortes que se hizo popular hacia la primera mitad del siglo XVII, que aparece mencionada en un escrito de la región Clermont-Ferrand en Auvernia. El colorido lienzo procede de una colección europea anónima y llegó al Soumaya desde Christie’s Reino Unido en 2012.