Las huacas de la PUCP

Se han registrado evidencias de las sociedades Lima (500 d.C. - 800 d.C.) e Ychsma (1000 d.C. - 1532 d.C.). Durante la ocupación de la sociedad Lima el sitio fue utilizado tanto para el desarrollo de las actividades cotidianas como para la realización de prácticas funerarias. Se sabe que algunos de los habitantes se dedicaron a la pesca (Prieto, 2015). Durante la ocupación Ychsma se realizaron actividades colectivas de carácter doméstico, festines o pequeños rituales.

Huaca 20 ha sido investigada desde 1990 por diferentes equipos de arqueólogos de la universidad. Hasta el 2008, se desarrollaron múltiples proyectos de investigación que han contribuido a la formación de estudiantes y al conocimiento de las ocupaciones prehispánicas. Además, del 2010 al 2013, se gestionaron proyectos de rescate del sitio. Actualmente, alrededor de la Huaca 20 se realizan actividades dirigidas a público de todas las edades que buscan difundir el patrimonio arqueológico de la PUCP. 

Durante la ocupación de la sociedad Ychsma en la zona de Maranga, se construyó este espacio de reunión para miembros de un mismo grupo social (Del Carpio, 2016). La Huaca 64 está conformada por una terraza elevada, un patio y un pasadizo que funcionaba como acceso. Durante la ocupación Inca se realizaron actividades colectivas de carácter doméstico, festines o rituales como el entierro de una mujer adulta con ofrendas y restos de vasijas que podrían haber servido para el consumo de chicha. 

Huaca 64 fue investigada desde 1996 por equipos de estudiantes de Arqueología liderados por la doctora Mercedes Cárdenas. Luego de 20 años, en 2016, la PUCP impulsó un proyecto de investigación con fines de conservación y puesta en valor del sitio. Actualmente, tanto la comunidad PUCP como el público externo, pueden visitar la huaca a través de recorridos mediados.

Este tramo de camino sirvió como conexión entre importantes sitios del Complejo Arqueológico Maranga ubicados dentro del Parque de las Leyendas con el Complejo Arqueológico Mateo Salado (Espinoza, 2010). Ambos complejos arqueológicos fueron grandes espacios administrativos y ceremoniales que han resistido al crecimiento urbano y, en la actualidad, se desarrollan proyectos de investigación, difusión, conservación y puesta en valor; además de contar con recorridos para visitarlos. 

La PUCP es una de las pocas universidades que cuenta con sitios arqueológicos dentro de su campus por lo que tiene el privilegio y la responsabilidad de promover y vincular este patrimonio cultural con la comunidad universitaria y la ciudadanía. En este sentido, la PUCP tiene el compromiso de investigar, conservar, difundir y gestionar el patrimonio arqueológico con el que convive, custodia y forma parte de la memoria de la ciudad de Lima.