Conceptualismos sobre papel

Otra estrategia utilizada ampliamente por varios artistas ha sido asaltar, abstraer o burlarse de las obviedades cotidianas para así presentarlas bajo una nueva luz.

En La sopa de Daguerre, Marcel Broodthaers abstrae los ingredientes de una sopa. La referencia a Daguerre, el padre de la fotografía, sugiere que más que la simple presentación de una receta, ésta se trata de una sopa preparada a través del medio fotográfico.

Incorporando un grado no menor de ironía, Luis Camnitzer presenta el paisaje que se puede apreciar por una ventana. Al retirar los elementos convencionalmente atractivos del paisaje, como las flores o los árboles, lleva a dicho género a un punto irreconocible. 

Por otra parte, el artista confía profundamente en el poder semiótico de la palabra para crear, sugerir y construir mundos completamente nuevos a partir de la simple enunciación.

Esta pieza refuerza una idea transversal a lo largo de la carrera de John Baldessari: La capacidad de imagen y texto de crear significados diversos a partir de su encuentro aparentemente aleatorio. 

El texto enuncia la imagen de manera transparente y comprensible –Cinco pepinillos (con huellas dactilares) en forma de mano–. 

Sin embargo, numerosos mundos nacen al intentar procesar la inverosimilitud del maridaje entre manos , pepinillos, y su potenciales huellas.

Con Cero Cruceiros y Cero Dólares, Cildo Meireles pone en relieve la arbitrariedad del valor atribuido al dinero. Los patrones geométricos, los símbolos y las instituciones que avalan su valor comercial no son más que garabatos en un papel. 

Esta obra en particular fue realizada en el contexto de una inflación que en Brasil llegó a alcanzar el 200% en 1983.