Martyrdom of Saint Ursula and Her Companions. (Siglo XVII) by Gaspar de FigueroaColonial Museum
La historia que se cuenta en esta pintura es una leyenda piadosa, pues aunque no ha sido posible verificar la veracidad de los hechos que narra, ha servido como modelo de virtud y devoción entre los fieles católicos. Vista a través de una lente contemporánea, composiciones como esta permiten reflexionar sobre la violencia que tradicionalmente se ha ejercido sobre aquellas mujeres que se niegan a ceder a las apetencias ejercidas por un dominio masculino.
La protagonista de la pintura es la princesa bretona Úrsula, quien se comprometió con Conan, heredero del rey de Inglaterra. Pese a su compromiso, Úrsula decidió mantenerse casta, guardando así su virginidad, entonces asociada a ideales de virtud y de pureza. Para consumar el matrimonio, la santa pidió a su prometido que se convirtiera al cristianismo y que la acompañara en una peregrinación por lugares santos a lo largo de Europa.
De vuelta a su hogar, la santa y sus acompañantes, diez vírgenes que a su vez estarían custodiadas por mil doncellas, se encontraron con Atila, en la ciudad alemana de Colonia. Allí, el rey de los hunos y sus hombres trataron de conquistar a las jóvenes, sin embargo, ellas defendieron a toda costa su pureza. Como castigo por el rechazo, la santa fue asesinada por el caudillo, quien disparó flechas contra su pecho.
En el fondo de la escena se encuentran las acompañantes de Úrsula, algunas yacen en el suelo, mientras otras esperan el martirio. En la imagen se ve también al papa Ciriaco quien, según la leyenda, las escoltaba en su travesía.
Para recompensar la determinación de estas mujeres, que prefirieron morir antes que perder su castidad, en el segmento superior de la pintura se aprecia un grupo de ángeles que se dispone a coronarlas y a otorgarles las palmas del martirio. En un contexto contemporáneo, sorprende que el comportamiento que se premia, es decir, la defensa de la virginidad también responde a ideales patriarcales impuestos sobre los cuerpos de las mujeres.
En la esquina inferior derecha, se aprecia el rostro de la mujer que donó la imagen con el propósito de dar testimonio del estrecho vínculo que la unía con la santa representada. Además, por este medio se buscaba exaltar públicamente las virtudes cristianas y la posición social y económica de los retratados.
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Dirección
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Museología
Manuel Amaya Quintero
Curaduría
Anamaría Torres Rodríguez
María Isabel Téllez Colmenares
Administración de colecciones
Paula Ximena Guzmán López
Revisión de estilo
Tanit Barragán Montilla
Divulgación y prensa
Valentina Bastidas Cano
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