La desaparecida fachada al final del Camino

Debido a los cambios que conllevaron las reformas y demoliciones de la intervención barroca, su interpretación resulta compleja, y hay varias hipótesis al respecto de la identificación de los personajes representados en la contrafachada, los cuales, en todo caso, sabemos que complementan el discurso del conjunto del Pórtico de la Gloria.

En la serie de figuras representadas en la contrafachada, así como en el conjunto del Pórtico de la Gloria, habrían tenido influencia algunos dramas litúrgicos propios de las catedrales en la época; y, en concreto, el Ordo Prophetarum, texto según el cual se ha realizado la identificación, entre otras, de las estatuas-columna de la contrafachada.

Entre los personajes se encuentra, debidamente identificado por el Agnus Dei, Juan el Bautista, mientras que, al otro lado, en uno de los laterales de la portada sur, siguiendo el Ordo Prophetarum, estaría el poeta Virgilio, que había anticipado la venida de Cristo.

En el lateral de la portada norte se representaría a la Sibila Eritrea, seguida por la Reina de Saba, en este caso, en relación con la imagen de Salomón que estaba situada en la portada exterior del Pórtico.

Por fin, en los extremos, se continuaría la secuencia de personajes de los pilares del Pórtico, en el lado norte, profetas y en el sur, apóstoles; y, en este sentido, aquí estarían, respectivamente, Balaam y Judas Tadeo.

Sobre estas figuras, en el nivel superior, ángeles y serafines veneran y muestran adoración a la imagen de Cristo en Majestad.

Esta primera modificación ocurrida entre 1520-1521 afectó la parte inferior de la portada. En ella, se retiraron una serie de estatuas-columnas y, por lo tanto, se difuminó desde esta perspectiva, parte de la narrativa que aportaba al discurso del Pórtico.

También desapareció, en ese momento, el gran arco central que daba paso al Pórtico desde el exterior y se sustituyó por una doble puerta con frontón curvo.

Por fin, entre los años 1738 y 1750 se construye la actual fachada barroca de Fernando de Casas, sustituyendo la mateana.

Sin embargo, algunos vestigios de la fachada exterior desaparecida se conservan en el Museo Catedral, como, por ejemplo, el gran rosetón que posiblemente pertenezca a una de las puertas laterales.

También han llegado a nosotros algunas de las piezas que conformaban el conjunto escultórico de la portada.

En el Museo Catedral se conservan las imágenes de los reyes David y Salomón, así como una enigmática estatua-columna, recuperada en 2016, que probablemente represente a un personaje del Antiguo Testamento, completando el discurso iconográfico del espacio sacro del Pórtico de la Gloria.

Según cuenta el Apocalipsis: “la ciudad no necesita ni de sol ni de luna que la alumbren, porque la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero”.

Por lo tanto, a partir de este fragmento final, el Maestro Mateo corona la bóveda con la clave que aguarda la imagen del Agnus Dei, es decir, el cordero de Dios.

La tribuna del pórtico permite entender, desde una perspectiva global, el interior de la catedral y su conjunto escultórico.

Además, permite visualizar e interpretar cómo habría sido la fachada medieval desaparecida y el entretejido o el encaje con la obra barroca.